viernes, 26 de diciembre de 2014

Análisis basado en un artículo de desarrollo infantil y adolescente

El siguiente análisis esta basado en el artículo Desarrollo infantil y adolescente: trastornos mentales más frecuentes en función de la edad y el género, realizado por Esperanza Navarro-Pardo, Juan Carlos Meléndez Moral, Alicia Sales Galán y Mª Dolores Sancerni Beitia de la Universidad de Valencia, donde se hace una relación entre los trastornos mentales, la edad y género de los participantes del estudio, el cual arrojó valiosa información para los profesionales de la salud y los trabajadores sociales.

Cada vez es más frecuente encontrar a niños y adolescentes sufrir de algún trastorno mental, de diverso rango y magnitud. Estos trastornos pueden estar relacionados o definidos por la edad o el género. Esta situación causa mucha preocupación entre los profesionales de la salud, por lo que es necesario estudiar profundamente esta población. Una dificultad que se presenta en estos estudios es la muestra tomada, que en la mayoría de los casos es muy limitada. Dentro de la práctica del Trabajo Social una de las responsabilidades que se tienen es identificar casos como los del estudio. Identificar problemáticas en los niños para referirlos a una evaluación temprana que nos permita diagnosticar para tomar acciones preventivas o remediativas. Es importante reconocer características, manifestaciones o síntomas que nos permita reconocer la posibilidad de un trastorno latente. La importancia de los estudios estriba en eso, en capacitarnos para reconocer estas manifestaciones. Por esa razón es importante llevarlos a cabo de una forma científica, efectiva y que vaya de acuerdo con la realidad social.

Mediante estudios con la población de niños y adolescentes se ha encontrado que existen unas pautas relacionadas con la edad, que el desarrollo psicológico está influenciado por determinantes biológicos y ambientales, que pueden ayudar a predecir los procesos del desarrollo de los mismos. Si se encuentra que un niño se aparta de estos procesos normales del desarrollo entonces se puede inferir que puede estar presentando algún tipo de trastorno. Esta es la importancia del conocimiento del desarrollo infantil. Conocer estos patrones de desarrollo nos permite evaluar, diagnosticar y determinar causas del trastorno, además de establecer los procedimientos adecuados para el tratamiento a seguir.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha determinado que la prevalencia de trastornos psicológicos en la infancia está entre el 10 y el 20%, encontrándose que los problemas relacionados con la conducta son los más frecuentes, con una incidencia de 66.1%, siendo en los varones la mayor incidencia. Este trastorno es el más diagnosticado por los profesionales en salud mental, seguidos por los trastornos depresivos, de ansiedad y los relacionados con el desarrollo. El problema con el que nos encontramos relacionados a esta población, es que los profesionales en salud mental no tienen una idea muy clara y no se ponen de acuerdo en cuanto a los diagnósticos de este tipo de trastornos. Una de las razones para que esto ocurra es que los síntomas que presenta esta población son muy variados y los criterios para realizar un diagnóstico han sido modificados frecuentemente. Estas modificaciones dificultan establecer una prevalencia debido a las variaciones en la clasificación clínica. Además no existen instrumentos estandarizados que permitan pronosticar los trastornos, para prevenirlos.

Pero a pesar de estas limitaciones, el estudio revela que los trastornos están determinados por la edad y el género, que existe una relación entre mayor edad y menos trastornos de conducta, pero aparecen otros trastornos asociados a esa edad. Por ejemplo, la aparición de los trastornos alimenticios que tienden a aparecer en la adolescencia y es más frecuente en féminas que en varones. El estudio revela que los trastornos conductuales son más frecuentes en varones de menor edad, mientras los trastornos internalizantes se dan en féminas de mayor edad. Se encontró también que unos de los trastornos más frecuentes encontrados en la temprana niñez y la adolescencia son los relacionados al déficit de atención con hiperactividad (TDAH). La mayoría de estos trastornos causan problemas de adaptación social y de aprovechamiento académico.

Como trabajadores sociales debemos estar preparados para realizar una intervención práctica en una población tan diversa e individualizada, por lo que es necesario conocer muy bien la problemática que puedan tener. Los niños con problemas o trastornos mentales pueden quedar relegados a causa de un diagnóstico inadecuado, por lo que es importante que al diagnosticarse alguna condición del niño, se realice a tiempo, responsable y correctamente. Estos trastornos son muy diversos, por tal razón, se prestan a ambigüedad. Por tal razón, los investigadores realmente no se ponen de acuerdo con los diagnósticos, con las causas del trastorno o con los síntomas que pueden presentar, por lo que pueden ser confundidos con otras patologías. Esta ambigüedad puede ser una razón de que la eficacia de los tratamientos falle. Es por eso que los estudios son necesarios para conocer mejor todas estas condiciones. Como Trabajadora Social es de vital importancia conocer cuáles son los síntomas o manifestaciones de los distintos trastornos que pueden aparecer en la infancia y adolescencia temprana para llevar acabo los tratamientos más adecuados para dicha población. Esto es así con el propósito de comprender y ayudar a otras personas a conocer y adquirir las herramientas adecuadas para trabajar con las necesidades de estos niños.  

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